Sólo para Católicos

¿Que Debo Hacer Para Ser Salvo?

Por Joe Mizzi -- Traducción Eduardo Manzano

Tenemos nuestra parte de problema y sufrimiento. La raíz de toda nuestra miseria es el pecado, porque esto nos separa de Dios y trae sobre nosotros Su desplacer. Además, el Día de Juicio Final se acerca y los pecadores están en el peligro del fuego eterno en el Infierno.

Varias religiones prometen dar liberación y vida. Sin embargo, no estamos interesados en opiniones humanas, porque Las Escrituras advierten a nosotros que: “…el mundo no conocío a Dios mediante la sabiduria…”. Más bien, deberíamos buscar el mensaje de Dios, grabado para nosotros en Su libro, la Santa Biblia. Estamos convencidos que por la Escritura podemos llegar a un conocimiento sano de la salvación por la fe en Cristo Jesús. (2 Timoteo 3:15).

Este artículo explica brevemente el plan de Dios para la salvación del hombre. Léalo atentamente y ore para la iluminación espiritual. Sólo el Señor Jesús es capaz de abrir su mente para entender su Palabra. No dé el descanso a su alma antes de que usted sea capaz de contestar correctamente esta pregunta vital: ¿Qué debo hacer para ser salvo?

Nuestro Problema

Muchas personas actúan como si no tienen ninguna necesidad de la salvación. Ellos parecen satisfechos como son, pero esto es locura completa. Uno puede ser sano, inteligente, y tener riqueza y amigos. Pero todas estas cosas vienen a un fin. Su corazón no encontrará ningún descanso hasta que usted venga a conocer a Dios personalmente. En Él solo es la plenitud de gozo y alegría. Tenemos que ser salvos porque todos somos pecadores. Cada uno de nosotros esta cargado con una problema de doble filo: mala conducta, y un corazón maligno.

Mala conducta: Dios es el Creador y el Señor de todas las cosas. Ya que Él nos creó y nos mantiene vivos, estamos bajo la obligación de amarlo con todos nuestros corazones, obedecerlo y adorarlo. Pero a partir del principio nos hemos rebelado contra Su regla y hemos actuado según nuestros caprichos.

Las ofensas como la mentira y el robo no son dirigidas simplemente contra el hombre. Encima de todo, desafiamos a Dios, diciendo, en efecto: “Aunque yo sepa lo que es correcto en Su vista, voluntariame le desatiendo. ¡Hago lo que quiero hacer y no me rendiré a Sus mandamientos!”

Tendemos a minorar el pecado y pensar que nosotros no somos tan malos a fin de cuentas. Ultimamente, nosotros no podemos ridiculizar a Dios. Romanos 2:5, “”Pero por tu dureza y por tu corazon no arrepentido, atesoras par ti mismo ira para el dia de la ira y de la revelacion del juicio justo de Dios”.

Por favor, sea honesto con si mismo delante de Dios. ¿Está preocupado por su mala vida moral? Usted es culpable de cada palabra lasciva, cada blasfemia, el chisme y el engaño que han salido de su boca. ¿No le da verguenza acercarse al Santo Dios cuando Ud. viene rociado con inmoralidad e inmundicia? Busque y examine su conciencia; recuerde su mal pasado y los pecados que usted sigue sosteniendo en su corazón. Es responsable de todo que ha hecho y ha dicho. Usted es considerado responsable, no por mí o cualquier ser humano, pero por Dios, el Juez del mundo. (Rom 6:23)

La espada de justicia cuelga sobre su cabeza. Cuando Dios decida, usted será convocado para aparecerse ante Su tribunal para explicar todas sus acciones. Y sin Su salvación, usted será condenado al castigo eterno en el Infierno.

Un corazón malo: Además de nuestra conducta pecadora, tenemos que afrontar otro problema: tenemos un corazón malo. Somos miserables debido a lo que somos así como lo que hacemos. Adán, el primer hombre, fue creado justo y santo, pero tan pronto como él cayó en el pecado, él se hizo un pecador. Y tal como una semilla de un árbol malo brota en un árbol similar malo, aún así nosotros, los descendientes de Adán, somos concebidos en el pecado. “Por la desobediencia de un hombre muchos fueron hechos a pecadores. ” (Romanos 5:19)

El Señor Jesús se refirió a nuestro corazón corrupto. Él dijo: “ Porque de dentro, del corazon de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engano, la lascivia, la malediciencia, la soberbia, la insensatez.” (Marcos 7:21) El corazón humano es el manatial del cual es sacado la suciedad que nos contamina. Marque bien que Jesús no dijo: “Porque desde fuera, de las presiones de sociedad y de una educación defectuosa, proceden malos pensamientos, adulterios, fornicaciones etcétera. ” La psicología moderna asume que el hombre está básicamente bueno; pero nuestro Senor y Maestro señala al corazón humano como la fuente de nuestro mal. Jesus dijo, “Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre”. (Marcos 7:22).

Podemos felicitarnos por los hechos "buenos" que hacemos. Pero tenemos que realizar que hasta las acciones nobles de una persona inconversa provienen de un Corazon malo. Las Escrituras nos advierte : “?Enganoso es el corazón mas que todas las cosas, y perverso: Quien lo conocera?” (Jeremias 17:9) ?Qué espera usted que brote de un corazón corrupto? ¿Hechos buenos o malos? Jesús dijó: ¿“Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mateo 5:16) !Seguramente no!

No suponga entonces que usted es capaz de complacer a Dios. No imagine que usted tiene la fuerza dentro de si mismo para concencerse de su pecado y obedecer a Dios. Tal como el gusano se amadriga lejos de la luz en la oscuridad de la tierra, así el pecador huye del resplandor de la gloria de la majestad de Dios. “Como esta justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. ” (Romanos 3:10-11). Usted nunca vendrá a Cristo para la salvación a menos que Dios le traiga por Su gracia. "Ninguno puede venir a mi, si el Padre que me envio no le trajere; y yo le resucitare en el dia postrero" (John 6:44)

No estaré sorprendido si usted rechaza estas verdades aplastantes. Usted puede decir: ¡“No soy tan malo! ”, o usted puede protestar, “Es cierto, hago algunos errores, pero decir que merezco el Infierno es ridículo. Tampoco creo que tengo un corazón malo. Soy una Buena persona. Yo soy capaz de obedecer a Dios. ” Tal lenguage verifica la oscuridad y el engaño de su corazón. Cualqier persona que habla de tal manera no refuta una opinión humana, pero el Juicio de Dios acerca de él.

¿Amigo, qué piensa usted de si mismo, de su culpabilidad delante de Dios? ¿Usted es culpable o no? ¿Usted es bueno o malo? Espero que Dios le dé la gracia de ser honesto, Esta Usted dependiente de Dios para darle un nuevo corazón y perdonar su deuda grande de pecado.

Esperanzas Falsas

El Evangelio es buenas nuevas para el pecador: “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a pecadores….” (1 Tim 1:15) Pero antes de que hablemos de la redencion de Cristo, tenemos que ser advertidos sobre ciertos callejones que prometen la vida, pero de hecho conducen a la perdición.

No según la Ley: Un número bueno de la gente espera ser salvo porque hacen todo lo posible para obedecer los mandamientos de Dios y realizar obras buenas. He preguntado a varias personas la pregunta siguiente: ¿“Cuándo usted aparezca ante Dios, por qué debería El permitir que usted entre en el Cielo? ” En casi cada caso, recibi la misma respuesta: “ trato de obedecer los mandamientos y ayudar a mi vecino, la cosa mas importante consiste en vivir una vida buena. ”

¿Si fuera posible para nosotros ser salvos por nuestros propios meritos, por qué vino Cristo al mundo? ¿Por qué sufrió Él y murió en la cruz? ¡Si fuera posible para nosotros ser justos delante de Dios por nuestra obediencia a la Ley de Dios, entonces Cristo murió en vano!

Los mandamientos no pueden salvarnos porque no los obedecemos como debemos. Al contrario, los mandamientos quebrantados declaran que somos pecadores culpables. Las Escrituras nos advierten que nadie será considerado como justo ante Dios por los hechos de la Ley. La Ley sólo nos hace conscientes de nuestra pecaminosidad. (Gal 3:21-22) Como un espejo, la Ley revela la cara sucia, pero esto no puede limpiarlo. Si usted desea ser limpiado de sus pecados, debe mirar en otra parte. Salvacion y redencion no pueden ser obtenidos en el monte Sinai: El perdón de todos sus pecados se encuentra sobre sobre la cruz de Calvario.

No por las obras. Nuestras buenas obras no pueden calificarnos para la salvación. No podemos compensar por nuestra maldad y perversidad tratando de equilibrarlos con buenas acciones. Nuestra deuda moral no puede ser pagada por haciendo hechos nobles, ni por penitencias o realizando rituales religiosos. La Escritura enseña que “…la paga del pecado es la muerte…” (Romanos 6:23); y sin el derramiento de sangre no hay ningún perdón de pecados (Hebreos 9:22).

Además, La Escritura declara que los hijos de Dios son salvos por Su gracia y no por sus buenas acciones. “Porque por la gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de ustedes, pues es don de Dios: no de obras, para que nadie se glorie”. (Efesios 2:8)

Muchas personas tienen ideas incorrectas sobre la gracia de Dios. Ellos piensan que ellos merecen la gracia por algo que hacen. Si podemos obtener la salvación por el mérito de nuestros propios logros morales, Dios sería endeudado a nosotros, porque, “ …a él que obra es la recompensa no obtenido de gracia, sino de deuda. ” (Romanos 4:4). Pero Dios no es endeudado a nadie. Dios salva al pecador, no debido al mérito humano, sino porque Él decide ser bueno y amable. La salvación es un regalo gratuito. Si usted tuviera que pagar por un regalo, esto no sería un regalo en realidad. Gracias a Dios, la salvación es un regalo de gracia, y el Cristiano se jacta siempre sobre la bondad de Dios.

A menudo encuentro esta objeción: “Si esto es así, entonces yo no tengo que servir a Dios y todavia puedo ser salvado. ” Pero tal razonamiento es engañoso, porque esto sólo muestra que el Evangelio no ha sido entendido como debería ser. Los hijos del reino celestial son salvos “no por las obras”, pero para buenas obras ” (Efesios 2:8-10). Las buenas obras son el objetivo, y no la causa, de la salvación. Dios primero salva a una persona y le da un nuevo corazón que naturalmente puede producir mucho fruto para Su gloria.

Para ilustrar esto: dos hombres dan diez dólares a la caridad. Parece que ambos hicieron el mismo hecho, pero sus motivos eran totalmente diferentes. El primer lo hizo pensando que él obtendría el mérito para la salvación de su alma. El segundo sabía cuánto Dios lo ama y por lo tanto él quiere ayudar a otros. El primer hombre es un Fariseo; el segundo es un hijo de Dios.

No hay otro nombre: Sin vacilación el Apostol Pedro declara que Jesúcristo es el único Salvador: “No hay salvacion en ningun otro; porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en lo cual podemos ser salvos” (Hechos 4:12). Tristemente, muchos católicos se comportan como si no se contentan con Cristo solamente. También invocan al nombre de Maria o a uno de los santos. Lector, Maria es la madre de nuestro Señor según la carne, y todas las generaciones la llamarán bendecida. Pero ella no es La Salvadora o Mediadora. Maria no murió en la cruz en propiciacion por nuestros pecados. "Porque hay un Dios, y un solo Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús; quién se dio un rescate para todos." (1 Timoteo 2:5-6).

Apelo a todos los devotos de Maria a poner atencion a la Palabra de Dios. Usted no puede invocar el nombre de Jesús y a la misma vez el nombre de Maria para la salvación de su alma eterna. Hay solamente un nombre por el cual cual podemos ser salvados: el nombre del Señor Jesúcristo. Ciertamente debemos seguir el ejemplo de Maria, y como ella, confiar en en el Señor Dios para nuestra salvación. Entonces con ella podremos cantar: “Engrandece mi alma al Señor, y mi espiritu se regocija en Dios mi Salvador ". (Lucas 1:46-47)

El Señor Jesúcristo

¿Qué debo hacer para ser salvo? Las Escrituras dan esta respuesta: "Crees en el Señor Jesúcristo, y seras salvo…" (Hechos 16:30-31). Jesús invita a los pecadores: "Venid a mi todos los que estais trabajados y cargados, y yo os hare descansar” (Mateo 11:28)

¿Quién es Jesús? ¿Qué obra especial él ha logrado de modo que deba confiarme a El para mi salvación? ¿Por qué debe el pecador huir a El? La Biblia nos da un número de razones válidas:

Ven a Jesús porque el es el Cristo: Cuando el hombre rebeló contra el Creador, Dios prometió enviar el Mesias y en el tiempo designado, él envió a su Hijo Unigenito a esta tierra. Jesús cumplio las profecías que fueron escritas sobre él siglos antes de su nacimiento. Él es la simiente de Abraham y de el Rey David; Él nació de una virgen en la ciudad de Belen; durante Su crucifixion, sus manos y pies fueron perforados, lo enterraron en un sepulcro de un hombre rico; pero Dios lo resucito de entre los muertos. Para confirmar su misión, Jesús realizó milagros incontables: Él sano todo tipo de enfermedad, Él restauró la vista a los ciegos, el oir al sordo, y buen salud a los paralíticos. Él llamó a los muertos a una nueva vida. Cuando lo preguntaron si El era el Cristo, respondió Jesús: “Las obras que el Padre me ha dado a cumplir, esas mismas obras que hago, son testigos que el Padre me ha enviado”. (Juan 5:36) Jesús de Nazareth es definitivamente El Cristo y El Salvador enviado del cielo.

Ven a Jesús porque el es el eterno Hijo de Dios, el Senor de la gloria: Él estaba con el Padre y el Espiritu Santo desde la eternidad, y como las otras dos personas de la Trinidad, Jesús tiene toda la autoridad, sabe todas las cosas, está en todas partes presente, y da la vida a quien desea. Todo fue hecho por él, y él sostiene todas las cosas por la Palabra de su gran poder. El Señor Jesús gobierna sobre toda la creación, y es Señor de Señores, y Rey de Reyes. Cuando él anduvo entre nosotros confeso, “Yo y el Padre uno somos”. Sus oyentes lo entendían perfectamente, y ellos dijeron, "…Tu, siendo hombre, te haces Dios”. (Juan 10:29-39) Y suponiendo que él blasfemaba lo perseguieron hasta la muerte. Otros le creyeron y le adoraban; ellos vivieron y murieron por El. Ven a El, entonces, para adorarlo y obedecerlo para siempre.

Ven a Jesús porque es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo: Por muchos siglos Dios enseñó a su pueblo la senda de la reconciliación . Era un camino rociado con sangre. Los millares de animales sacrificados durante el Antiguo Testamento son testimonio vivo que sin el derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. Obviamente estos sacrificios de corderos y becerros eran un cuadro de Cristo, el Cordero de Dios, quien por nosotros, y para nuestra salvacion se hizo carne y por el poder del Espiritu Santo nacio de la Virgen Maria. Él vino dar su vida como rescate para muchos, como dice en Mateo 1:21, “Y dara a luz un hijo, y llamaras su nombre Jesus, porque el salvara a su pueblo de sus pecados”. Jesús tomo sobre si mismo todos los pecados de su pueblo, y pagó el precio una sola vez en la Cruz de Calvario. “Mas el herido fue por nuestra rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre el, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaias 53:5).

¿Puede usted reclamar con convicción que “?Cristo murió por mí”? Sería absurdidad decir que Cristo murió para su beneficio y continúa al mismo tiempo en la esclavitud de un estilo de vida pecaminosa. Otra vez, sería ilógico decir que Cristo murió para su salvación y a la misma vez no confiar solamente en El. Jesús vino a dar Su vida por sus ovejas, es decir, para los que oyen Su voz y lo siguen. El murió para ellos exclusivamente, y a ellos sólamente El otorga la vida eterna.

Ven a Jesús porque el es el sumosacerdote escogido por Dios: Durante el tiempo del Antiguo Testamento, el pueblo judío tenia el templo en medio de ellos, mas no se les permitia entrar a la presencia Santa de Dios. Ellos necesitaban sacerdotes que servian como intercesores entre ellos y Jehova. Esto también es un cuadro de la verdad espiritual. Dios no mora en templos hechos con manos humanas; Su trono está en el Cielo. Ni puede un sacerdote humano, que es un pecador, interceder por nosotros delante de Dios. Jesucristo es el Sumo Sacerdote perfecto quien entró en el Cielo como Intercesor para Su pueblo, por los méritos de Su sangre rociada en la cruz.

“…mas este, por cuanto permanence para siempre, tiene un sacerdocio immutable; por lo cual puede tambien salvar perpetuamente a los que por el se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. (Hebr 7:24-25)

Otra vez, Cristo no intercede por todos; Cristo ora sólo para los que han sido dados a El por el Padre. “Yo ruego por ellos; no ruego para el mundo, sino para los que me diste; porque tuyos son”. (Juan 17:9). Yo no señalo esto para desalentarle, pero para que usted abondone toda esperanza falsa. Venga a Dios por medio de este Sacerdote Unico; si lo hace, entonces conocera que tiene un Abogado ante Dios el Padre en el Cielo.

Ven a Jesús porque el que humillo a si mismo hasta la muerte de la cruz ahora ha resucitado de entre los muertos: Si El era un impostor y un mentiroso, la muerte habría sellado Su fin. Pero Cristo ascendio de la tumba, victorioso sobre Satanás, el pecado y la muerte. Los apóstoles y muchos otros testifican que ellos Lo vieron vivo después de Su pasión. El Espíritu Santo confirmó su testimonio, otorgándoles el poder de realizar los señales y las maravillas, como esta escrito en las páginas del Nuevo Testamento. Todo lo que El había enseñado es verdad: El es el Cristo, el Libertador enviado del cielo, el unigenito Hijo del Padre, y por lo tanto igual que el Padre. La redención comprada en el Calvario es completa y terminada; Su sacrificio fue aceptado por Dios el Padre. Cristo murió una vez, y ahora El vive para los siglos de los siglos. Yo no le insisto a creer en un idea, ni en un sistema filosófico o en una religión. Extiendo una invitación seria: “Venga a El Salvador vivo!”

Ven a Jesús porque el es bueno y misericordioso: Cuándo El vivió entre nosotros, Jesus dio la bienvenida a todos los que vinieron a El: niños, ancianos, las mujeres, el rico y el pobre, al sabio y al ignorante. El recibió tiernamente al pecador rechazado, al desechado e inutil de la sociedad. Todos vinieron a El, y El no los despidio. La historia emocionante empezó a escribirse en el Evangelio y continúa hasta hoy. Millónes vienen todavía a El y ellos testifican que el Señor Jesús los ha recibido en sus brazos amorosos. Su promesa es verdad a usted también: “Todo lo que el Padre me da, vendra a mi; y al que a mi viene, no le echo fuera”. (Juan 6:37)

Ven a Jesús porque el vendra otra vez: La primera vez El vino con humildad, en la pobreza y la debilidad. Pero un día Cristo regresara a la tierra con poder y gran gloria. ¿Cuándo El sea revelado desde el cielo, que será El para usted? ¿Será El el Juez airado quele condenará para sufrir el castigo eterno del Infierno? ¿O será El su Salvador y su alegría eterna? Depende si usted responde a Su llamada para arrepentirse y entregarse a El.

El Venir a Cristo

Para recibir el perdón de sus pecados y el don de la vida eterna del Señor Jesús, usted necesita arrepentirse y confiar en El. Sería vano admitir simplemente su culpa si no se arrepiente. Otra vez, sería vano saber acerca del amor y del poder de Cristo si no depende totalmente en El. El mensaje del Evangelio es: “Arrepentimiento para con Dios, y fe para con nuestro Señor Jesucristo” (Hechos 20:21).

El arrepentimiento genuino se concibe en un corazón quebrantado. Usted tiene toda la razónde estar triste por la frecuencia con que usted ha desafiado a Dios con sus hechos pecaminosas. Debe admitir delante de Dios que El tiene razón para condenarle, y que usted merece el castigo del Infierno. Pero el arrepentimiento es mucho más que dolor y pena: El arrepentimiento consiste en abandonar su voluntad egoista y comprometerse a seguir a Cristo como su Señor. El hijo pródigo se levanto y abandonó su vida ociosa y malvada. El regreso a la casa de su padre. Como él, usted necesita regresar a Dios y servirlo todos los días de su vida.

“Deje el impio su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuelvase a Jehova, el cual tendra de le misericordia, y al Dios nuestro, el cual sera amplio en perdonar” (Isaias 55:7).

Arrepiéntase, y crea en Cristo. La fe verdadera es una confianza de todo Corazon en el Señor Jesús. Tome animo y venga a El, ahora. No trate de presentar sus propios méritos. En vez de eso, venga a El así como usted es, con toda su culpa y vergüenza. Clame a su Nombre y pida misericordia. Pida que El le perdone a travez de la sangre que El derramó en la cruz. Si usted genuinamente confia solamente en El, será capaz de orar: “Señor Jesús, tu y tu solamente, eres mi Salvador. Yo no tengo fe en mismo ni en nadie más. Tu eres mi única esperanza.”

Esta usted cargado por su pecado? Realiza que nunca puede encontrar la liberación por su propia fuerza? Abandone, entonces, toda esperanza en usted mismo; no de la espalda al Dios de la misericordia. Venga a Cristo. Venga con un corazón arrepentido, confiando en El exclusivamente. Cuando hace así, usted encontrará descanso y paz para su alma. Hoy, si oye Su voz, no endurezca su corazón. Jesús llama a usted: “!Ven a Mí!”

Una Palabra Personal al Lector

Usted puede tener todavía dudas y preguntas acerca del camino a la salvación. Yo le animo a hacer oracion y escudriñar las Escrituras. Estoy dispuesto ayudarle en la mejor manera que puedo. Así que por favor no vacila en escribir y discutir cualquiera pregunta. Quizás, usted ahora entiende el Evangelio, y el Señor le ha otorgado arrepentimiento y fe en Jesucristo. Ahora usted no depende de nada que usted hace, su propia bondad, cualquier santo o la religión. Ahora usted confía por la fe en el Señor Jesucristo. El es su unico y sólo Salvador. Me regocijo con usted y alabo a Dios por su gracia.

¡Este es el principio de un viaje emocionante, y el fin es aún mejor: el Cielo! Su deseo debe ser seguir al Señor y en todo glorificarlo. La vida cristiana no es una cama de rosas. Sí, El da la alegría indecible, pero Su providencia sabia también le dirigirá por mucha pena y dolor. Eso es la manera que maduramos

Le exhorto a leer diariamente la Biblia con una actitud de reverencia. !Dios esta hablando con usted! !Escuche bien! Ore a nuestro Padre celestial, vaya a un lugar privado, y abra su corazón a Dios. Confiese sus pecados y ore para si mismo y por otros que Dios pone en su mente.

También, debe reunirse con una asemblea local Cristiana de creyentes biblicos. Nosotros somos miembros de una iglesia local, y nos necesitamos unos a los otros. El Señor quiere que usted sea bautizado en el nombre del Dios Trino, y después tomar parte de la Santa Cena para recordar y celebrar Su sacrificio para nosotros. La enseñanza y predicacion de la Palabra de Dios es invaluable para cada Cristiano para crecimiento en la gracia y el conocimiento de Jesucristo.

“Jehova te bendiga, y te guarde; Jehova haga resplandecer su rostro sobre ti….y ponga en ti paz” (Numeros 6:24)

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