Sólo para Católicos

Fe Paralizada

La fe del Catolicismo Romano es un brazo paralizado que no es capaz de alcanzar y recibir el regalo de la salvación.

El bautismo se llama "el sacramento de la fe" porque la fe, por sí misma, es insuficiente para salvar. En adultos convertidos, la fe se considera simplemente como "disposición requerida" - el arrepentido y catecúmeno creyente se mantiene no regenerado ni perdonado hasta y a menos que él sea bautizado con agua.

No así en las Escrituras!

Abraham fue salvado por la fe. "Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia." La fe lo justificó aun antes de que él recibiera la señal de la circuncisión. Abraham "recibió la señal de la circuncisión como un sello de la justicia de la fe que él ya tenía cuando aun era incircunciso, que él sería el padre de todo los creyentes." Todos seremos justificados como Abraham - por la fe; no por un rito externo, sea circuncisión en el Antiguo Testamento o sea el bautismo en el Nuevo Testamento.

La fe salvó a la mujer en Lucas 7. Jesús le dijo a ella, "tu fe te ha salvado, Vete en paz." ¿Puesto que la fe fue suficiente para salvar a esta mujer, por qué debemos pensar que la fe ha perdido su poder en nuestro tiempo? ¡El bautismo ciertamente no invalida el regalo de la fe!

Cornelio fue salvado por la fe. El apóstol Pedro bautizó a Cornelio y a los otros gentiles convertidos cuando el estuvo convencido de que habían creído en Cristo. Pedro no los bautizó para limpiarlos del pecado porque él sabía que Dios los había aceptado y había purificado ya su corazón por la fe. Así que Dios, que conoce el corazón, los reconoció dándoles el Espíritu Santo, justo como él hizo con nosotros, y no hizo ninguna distinción entre nosotros y ellos, purificando sus corazones por la fe."

Por lo cual él argumentó, "Puede acaso alguno impedir el agua, para que éstos no fueran bautizados, quiénes han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?" Cornelio y los gentiles oyeron el Evangelio, creyeron en Cristo, fueron perdonados y purificados por la fe, y pasado todo esto, entonces fueron bautizados.

Ellos no fueron de ninguna manera un caso excepcional. Por el contrario, su experiencia es la norma y el patrón para cada uno según el apóstol Pedro: "Creemos que a través de la gracia del señor Jesucristo nosotros DEBEMOS ser salvos de la misma manera que lo fueron ellos."

No hablamos una sola palabra en contra del bautismo. Cada creyente tiene el deber de someterse al bautismo tan pronto como sea posible después de su conversión como el Señor ha ordenado. Criticamos, sin embargo, el uso incorrecto de esta ordenanza santa.

Es una distorsión terrible de la verdad bíblica cuando se quiere substituir la fe personal por el bautismo, como sucede en la iglesia católica. Si la limpieza es alcanzada por el bautismo, la fe se hace ineficaz y se niega la Escritura.

La fe salva. No porque la fe es meritoria o poderosa en sí misma. La fe salva porque une la persona débil y culpable con el todopoderoso y justo Salvador. Dios salva por gracia por medio de la fe. El bautismo no causa lo que ya ha sido alcanzado por fe.

Apelamos a nuestros amigos católicos a tornarse hacia el señor Jesús y confiar en El totalmente para su salvación. Solo entonces podemos estar seguros de su perdón y de que Dios los ha recibido. ¡La salvación es por gracia por medio de la fe! Debemos permitir al bautismo, y toda clase de buenas obras seguir y llenar la vida de cada creyente. Pero no deje a ningún creyente depender para su salvación de ninguna cosa de las que hace. La fe debe siempre estar en Cristo solamente.

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